La escenotécnia en el teatro medieval
En la época medieval la comunidad cristiana sancionó
la crisis del teatro, especialmente la vinculada al asombro visual y la ilusión
escénica. Las ubicaciones que predominaban en el teatro medieval eran las
plazas y las basílicas.
Cuando
la representación se llevaba a cabo en una basílica en la disposición de los
sitios estaba vinculada a la planta del edificio, por lo general la nave y las
capillas laterales estaban ocupadas por personajes o grupos de personajes,
mientras que la crucifixión, el entierro de Cristo, y la Resurrección tenían
lugar en el altar. La representación del infierno y los condenados encontró un
lugar natural en la cripta debajo del presbiterio.
La
representación se realizaba comúnmente en el coro de la Iglesia, introduciendo
pulpitos y tablados provisionales; y las procesiones y ceremonias en las naves
o zona de las arcadas de los conventos. Pero a pesar, de que los espectáculos
se realizaban en el interior de las Iglesias, la escenotecnia presentó importantes
avances, entre los que se destacan:
· Un araceli o arca del cielo,
el cual funcionaba como un ascensor con sistema de poleas y cuerdas, utilizado
para bajar y subir una plataforma desde la cúpula central de la Iglesia.
· Una granada o mangrana, utilizada
para abrir en partes proporcionales algunas figuras de la escenografía a partir
del eje central.
Mientras
los espectáculos realizados en el exterior iniciaron en los pórticos de las
Iglesias y catedrales, los espacios de representación se fueron ampliando hasta
la calle, plazas, claustros, patios, cementerios, y también presentaron
desarrollo mediante la ejecución de procesiones por las calles con estaciones
donde se realizaban representaciones religiosas sobre entarimados con ruedas
conocidos como: carromatos; espectáculos que dieron origen a los denominados:
autos sacramentales.
Con la
implementación del latín en sustitución de las lenguas vulgares, las
escenificaciones se llevaron de los atrios a las plazas públicas complicando la
decoración y ya en los siglos XIII y XVI se levantaban grandes tarimas,
sobre las que se instalaron los distintos escenarios.
La
solución del teatro medieval fue doble; la yuxtaposición de espacios
simultáneos y el uso de carros para representar las escenas que habían de
detenerse ante los espectadores; solución preferida por los ingleses, mientras
que el teatro francés adoptó los decorados simultáneos, cuyas ventajas son la
de mostrar una escenografía más dilatada a lo largo de la representación y la
de ofrecer un espacio común muy amplio para la evolución de los actores. Cada
uno de los espacios escénicos recibía el nombre de mansión. Las mansiones se
alineaban unas junto a otras dejando delante un espacio libre que podía ser
utilizado por los actores en el momento de la representación. A este espacio
los franceses le daban el nombre de campo o parque; los ingleses el de
deambulatoyre. Pero, cuando las dimensiones del recinto no eran suficientes
para la representación se superponían las mansiones.
Durante
toda la Edad media también adquirieron importancia los decorados. Al principio,
cuando los espectáculos se daban en el interior de los templos, los mismos
retablos y decoraciones de las paredes harían las veces de escenografía; el
desplazamiento de un lugar a otro de la Iglesia indicaría cambio de lugar y por
tanto de escena. Luego, al salir el teatro a la calle, los decorados se
montaron en carros que podían ser contemplados por un público que se situaba
alrededor; cada carro llevaba una escenografía distinta, por lo que bastaba con
que los actores cambiasen de carro para indicar que se trataba de un lugar
distinto y de otra escena. La existencia de varios carros permitía la
posibilidad de acción simultánea. La simultaneidad se favoreció aún más cuando
en vez de carros se empezó a usar tablados fijos, que se montaban en las plazas
y otros lugares abiertos. Cuando el teatro se hacía en tablados, el público se
situaría ya de frente a la escena.
- Lucitania Suero

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